Comienzo este blog en el que de momento voy a incluir todo el proceso de creación de una obra.
En nuestro instituto se ha reparado todo el tejado y también los canalones, que arrojaron los obreros sin ningún cuidado sobre el patio interior, una especie de claustro. Allí quedaron durante unos días los canalones, deformados por los golpes
de la caída. Entonces surgió la idea de aprovechar estas piezas para hacer unas esculturas pero sin transformarlas demasiado.
Hice unos dibujos para fijar las primeras impresiones ya continuación me puse en contacto con el equipo directivo para pedir permiso para el proyecto.
El material del que parto ya está "cocido", ha servido para conducir el agua de lluvia desde hace unos veintitrés años. Ya llovió mucho desde entonces. Inevitablemente asocié la lluvia con el paso del tiempo, con el ir y
venir de los alumnos, los profesores, los días, los meses, los cursos...
El curso del agua, el curso, los estudios, los sentimientos y las historias de cada uno de los que pasaron por aquí.
Los canalones son el testimonio del paso deltiempo y deben seguir con nosotros pero de otra manera.
Construir e instalar un tótem.
La imagen inicial era poner de pie lo que antes estaba horizontal, siguiendo el extraordinario verso de García Lorca, que a su vez lo tomó de Marquina, "¡Qué ríos puestos de pie/ vislumbra su fantasía".
Un río puesto de pie, como un río que fluye puesto de pie. El canalón, al colocarse de esta forma, adquiriría un valor de tótem al que vamos a incorporar nuestras señales que se añaden al fluido anterior.
Para situar en su contexto formal y significativo busqué en la red imágenes relacionadas con el tótem como forma artística y también en la publicidad.